El Gobierno de Brasil tiene previsto a corto plazo enviar al Congreso una ley que restrinja el acceso a los visitantes de la Amazonia. De aprobarse la ley, lo que es bastante probable dado que la impulsan de forma conjunta los ministerios de Justicia y Defensa y la apoya el Ejército, todos los trabajadores de ONGs, los grupos de turistas o cualquier otro tipo de visita al pulmón del planeta requerirá un permiso oficial. Para quien acceda sin autorización se prevén multas de más de 62.000 dólares.
Además, esta medida se extenderá a otras regiones del país consideradas estratégicas por la necesidad de proteger sus ecosistemas.
Según declaró el secretario nacional de Justicia, Romeo Tuma, “en esa ley hacemos la previsión de cómo sería la legalización de extranjeros en la región de la Amazonia y otras regiones similares”. De este modo, quiso aclarar que diferenciarían “que viene a hacer turismo y el que viene para algún trabajo específico”.
Tuma insistió en que la razón principal de las restricciones es lo que llamó la bio-piratería -la apropiación de plantas medicinales o remedios y tratamientos ancestrales-.En este sentido Brasil es, junto a India, el país que más interés tiene en que la Organización Mundial de Comercio -OMC- reconozca los derechos intelectuales sobre estas medicinas para protegerlas de la apropiación de las farmacéuticas foráneas. “No queremos penalizar a las ONGs o a los extranjeros, la mayoría hace un buen trabajo. Sólo queremos separar la paja del trigo”, explicó el secretario de Justicia. Una de las ONGs más afectadas por la nueva norma será sin duda Greenpeace, muy activa en la Amazonia contra la actividad de los madereros y los agricultores. Los pocos expertos que han comentado la nueva legislación en los medios brasileños creen que será perjudicial para la investigación médica y también para la protección de la selva de la deforestación.
Sara Villafáfila ( latinoamerica@hosteltur.com )
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