Un globo aerostático fue lanzado a la estratósfera ayer, en el aeropuerto de Santa Bernardina en Durazno. Monitoreado por sistema GPS, captó las primeras imágenes de Uruguay desde 30.000 metros de altitud.
El globo permaneció más de tres horas en el aire hasta su explosión por expansión. El ascenso comenzó a las nueve de la mañana y el retorno a tierra en algún lugar del este del país se preveía para el mediodía.
"Si todo funcionó, no se congeló ni se dañó la cámara, y recuperamos la tarjeta y el contenido, en algún lado de los bañados del Cebollatí, Rocha, Chuy, Laguna Merín, vamos a tener esa película, que sería un documento histórico", dijo Juan Pechiar, docente de la cátedra de Telecomunicaciones de Facultad de Ingeniería y coordinador del proyecto, después del lanzamiento del globo.
En la tarde de ayer ya había recibido el llamado de una señora por la zona de la Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres, que encontró el aparato con los números de teléfono a los que llamar en caso de ser encontrado. Pechiar partía a buscarlo en la tarde, y esperaba tener las imágenes en la noche.
La experiencia es parte de un proyecto que desde el pasado año lleva adelante un grupo de estudiantes avanzados de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de la República.
Si se mantiene la continuidad de este trabajo, Uruguay podría tener dentro de cuatro o cinco años un satélite ideado y fabricado en nuestro país, dedicado a fines experimentales y educativos.
Educativo. El proyecto interesó a instituciones internacionales, como el Instituto Politécnico de Grenoble, Francia, en cuya ciudad se encuentra actualmente un docente uruguayo diseñando módulos para la siguiente fase del proyecto.
Pechiar explicó que el trabajo se enmarca en una tesis de fin de carrera, basado en un proyecto ambicioso y "medio loco", que puede demandar cuatro o cinco años: que Uruguay tenga su propio satélite. "Cada tanto tiene que haber una idea loca, si no nunca pasa nada", dijo Pechiar.
"Lanzar un globo es muchísimo más barato que lanzar un satélite, pero los problemas son muy parecidos: problemas de comunicación, el trabajo con bajas temperaturas a 60 y 70 grados bajo cero, el uso de poca energía... Pero liberar un globo es posible con unos cientos de dólares, mientras que enviar un satélite demandaría mucho más de 100.000 dólares. Para aprender sobre los problemas que se plantean, un globo es mucho más conveniente", explicó Pechiar.
Mientras que el globo estaba en el aire, se recibieron y transmitieron datos, como la temperatura. La posición no se pudo determinar porque el GPS falló, todavía no se sabe por qué.
La idea no es competir con otros países, sino plantear situaciones desafiantes para los estudiantes. "El espíritu es hacer una carrera de ingeniería mejor, darle cosas más interesantes de hacer a los estudiantes, fomentar su creatividad con problemas complicados, y fomentar la interacción de un grupo con otro", añadió.
APUESTAS. El proyecto de Ingeniería convocó el interés de otras instituciones.
"La gente que trabaja en óptica aplicada, del instituto de Física de la Facultad de Ingeniería, quiere tomar medidas de espectrometría, observar la atmósfera para detectar su composición, la cantidad de metano, anhídrido carbónico, los gases de efecto invernadero, etcétera", contó Pechiar.
Además, el Instituto Politécnico de Grenoble, Francia, está interesado en la experiencia de Uruguay. Para la institución francesa "poder hacer experimentos a altas alturas y con este tipo de costos, para ellos es fantástico".
El instituto de Grenoble "estudia efectos de radiación cósmica sobre circuitos electrónicos, que en tierra no es un problema, pero en satélites y a gran altura sí lo es; y hace que las computadoras no funcionen correctamente", dijo Pechiar.
Por eso el próximo globo va a salir con un módulo hecho en colaboración entre la Facultad de Ingeniería y la Universidad de Grenoble, para estudiar efectos de radiación cósmica sobre componentes electrónicos de última generación en esas condiciones.
Los detalles de un vuelo fundacional
El "globo sonda" lanzado ayer es un instrumento que suele tener un uso meteorológico. Consiste en un globo de látex inflado con helio, que mide 1,85 metros de diámetro en tierra. Asciende llevando una carga de poco más de un kilogramo de peso.
En esta oportunidad la carga consistía en una cámara de video, sensores de temperatura, equipos de telemetría, transmisión, antenas y de localización por GPS. Los datos recibidos fueron transmitidos a computadoras en tierra, salvo el video, que se conservó en la tarjeta de la cámara. El aparato de GPS no funcionó, todavía no sabe por qué causas.
A medida que el globo asciende aumenta su tamaño, debido a la disminución de la presión atmosférica. Al llegar al punto máximo de ascensión (30.000 metros), aumenta a 10 metros de diámetro, su punto máximo de expansión, y revienta. La carga regresa a tierra protegida por un pequeño paracaídas. El descenso tarda aproximadamente una hora y media, a 300 metros por minuto.
El último antecedente uruguayo del lanzamiento al espacio de un globo fue hace más de cincuenta años. Esa vez se trató de un globo sonda meteorológico.
Los controladores aéreos habían recibido el miércoles los detalles del "lanzamiento de globo ligero no tripulado".
Indicaba que el globo modelo Kaymont 1500 con un diámetro de 1,85 metros y 1.200 gramos de carga útil -cámara de video, transmisor, baterías y PCB telemetría (sin antena de arrastre) sería operado entre las 10 y las 14 horas desde Santa Bernardina. Preveía su ascenso "de acuerdo al viento" a unos 200 metros por minuto hasta un máximo de 30.000 metros de altitud. En caso de mucho viento o deriva que pudiera sacarlo del país, anticipaban, "se interrumpe el vuelo y se libera la carga con paracaídas".
fuente: elpais.com.uy
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